miércoles, 11 de mayo de 2016

¡Dolor físico y el dolor emocional!

Rechazo social, “hace referencia a la circunstancia en la cual un individuo es excluido en forma deliberada de una relación social o interacción social”, o definido por aquellos que le viven como una “maldita porquería” disculpen mi expresión, pero no estoy desacuerdo con estos acontecimientos, ser rechazado por tu forma de pensar, por tu forma de vestir, por tu forma de actuar, básicamente ser rechazado por lo quien eres.

Una investigación realizada por el departamento de psicología de la universidad de Michigan, evaluó una serie de personas que habían sufrido rechazo social recientemente y personas que habían tenido una ruptura no deseada hace poco tiempo, los investigadores se basaron en el estudio de los resultados de las resonancias magnéticas hechas a los voluntarios.

Ethan Kross, director del estudio afirma que el dolor emocional provocado por un rechazo o una ruptura amorosa, activa las mismas zonas del cerebro que son activadas cuando se siente dolor físico, lo que quiere decir que el cerebro no diferencia el dolor producido por un golpe al dolor emocional producido por los sentimientos de rechazo o ruptura de una relación.

Tu cerebro en cierta forma acepta el dolor, de que depende que este sea fuerte o débil? uno de ellos es el umbral del dolor, esa intensidad mínima que despierta por medio de un estímulo la sensación de dolor, otra, es que tan acostumbrado estés al dolor, si diariamente recibes un estímulo que representa dolor, tu cerebro se empezará a adaptar a este, y en el futuro vas a estar tan acostumbrado que harás caso omiso a la sensación de dolor.

Ahora bien, un rechazo es una experiencia denigrante, humilladora, nefasta, un suceso que no se lo deseo a ninguna persona; en el momento que una persona es rechazada hay un “colapso de emociones” quedas en shock, no hablas o hablas poco, se activa tu instinto de huida, buscas estar solo, en ese momento aclaras tu mente y eres realmente consiente de lo que paso, muchas personas actúan diferente a este suceso, unos lloran, otros ríen nerviosamente, muchos sienten rabia, algunos piensan porque sucedió, pero lo que es comprobado científicamente, es que todos sienten dolor, puede que sea leve o muy fuerte, puede que unos los acepten y otros no, pero siempre está presente, este dolor incrementa su intensidad cuando el estímulo proviene de alguien cercano, un amigo o familiar.

Evitemos provocar dolor, evitemos rechazar, estamos en esta vida para ser felices, para disfrutar cada momento de nuestras cortas vidas.

¡Sé feliz, regala una sonrisa e intenta que otra persona sea feliz! 



Brandon López Gómez



Bibliografia
http://www.pnas.org/content/108/15/6270.full.pdf

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