domingo, 24 de julio de 2016

El dia que volé cual un saco de huesos atado a un paracaídas.

Volar como un ave sin estar dentro de una maquina, un sueño que muchos tienen, y el cual tuve la suerte de cumplir, aunque fuera cayendo cual saco de huesos atado a un paracaidista profesional que se encargaba de que no nos espachurrásemos contra la tierra.  

Todo comenzó con un: “Me voy a tirar de paracaídas” analice cada aspecto: 12.000 pies de altura, velocidades de locura, adrenalina al máximo, y claro no podía faltar la pregunta reina ¿y qué tal que no se abra el paracaídas? Aun así dije: “Que rayos, voy hacerlo”


Te colocas el traje y tu instructor llega para entrenarte e informarte de la locura que vas hacer jajajaja y te dice: ey amigo, subiremos a 12.000 pies de altura, casi 4 kilómetros, caeremos de vuelta a colisión con la tierra, intentare abrir el paracaídas antes de que eso ocurra.  



La tención comienza cuando subes a la avioneta, intentas reírte con los expertos que van volando a tu lado, para ellos es un salto más, para ti es una experiencia que no sabes si vas a repetir.



Y llega el momento de más adrenalina, ese momento en el que abren la puerta de la avioneta y te colocan casi afuera de la aeronave, miras hacia abajo y dices: ¿Que rayos hago acá?



El instructor te empuja y comienza el vuelo, sientes un vacío, y es claro, estas a 12 mil pies de altura, vas cayendo a 230 km/h, mirando hacia abajo, la adrenalina te invade, intentas gritar pero no puedes, el viento golpea fuerte tu rostro, tu corazón late muy rápido, cuando abres los brazos creas una sensación de libertad y placer, es lo mínimo, estas volando.  





Abre el paracaídas y frenas de golpe, respiras de nuevo y gritas intentado demostrar tu felicidad, comienza un descenso más tranquilo, observando el hermoso paisaje, sabiendo que lo que te une al instructor y paracaídas son unas cuerdas, y dices: ya paso lo más aterrorizante, es hora de disfrutar cada metro que queda para tocar el piso, ¡gravedad, has lo tuyo!




Al tocar el suelo, te levantas y cantas victoria; la mejor experiencia de mi vida, valió la pena cada real que pague por esa experiencia.



¿Lo volverías hacer? Pero claro que SI. 


Brandon Lopez Gomez.

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