jueves, 1 de junio de 2017

Adentrando en el mundo paraolímpico

Talvez una experiencia para valorar la vida; ver y vivenciar la realidad de un deportista paralímpico, como entrena, qué dificultades tiene al momento de ejecutar sus movimientos y compararlo con lo que he vivido en el deporte, es algo impactante.

Cuando nos mencionaron en que deportes tendríamos las practicas pensé que en que algunos no los había practicado oficialmente, pero tenía una vivencia empírica del ciclismo, baloncesto y el porwerlifting, sin embargo lo realmente impactante sucedió cuando nadé y vi como los atletas se movían en la pista.

Ver a un ciclista pedaleando con una pierna, con el orificio de una traqueotomía abierto y media cara quemada es algo IMPACTANTE, competidores sin una mano, sin una pierna, y aun así, pedalean cada día en busca de un sueño, ruedan con una ilusión; convertirse en deportistas paraolímpicos.

Igual forma, perder la movilidad de sus piernas o las piernas mismas no fue impedimento para los levantadores de pesas ni los basquetbolistas en silla de rueda, estos guerreros levantan hasta su propio peso en una barra, con las piernas atadas y solo la fuerza de sus brazos son capaces de completar esta hazaña. Rudeza, determinación y mucha motivación es lo que se ve en los jugadores de baloncesto en silla de ruedas, personas que no temen chocar fuertemente sus sillas, porque saben que si se caen, es solo un impulso con los brazos para caer nuevamente en la posición y continuar jugando.

Pero el verdadero choque llego cuando vi y vivencie un deporte que he practicado desde hace algunos años, ver atletas corriendo con una pierna artificial, saltando sin poder ver, lanzando sin poder mover las piernas y en vez de correr, rodar los 400 metros, es algo realmente IMPACTANTE, cuando corres sin ver, guiado por unas palmas y sabiendo que al final de ella debes saltar y caer en un foso de arena es muy intrigante e incluso temeroso;  contando mi práctica, la primera vez corrí a 2 km/h, la segunda vez un poco más rápido, pero termine 2 metros a la derecha de donde debería haber saltado, es cómico y se ve muy fácil, pero no sabes cuán difícil es.

Sucedió igual al momento de nadar, intentar cruzar la piscina de 50 metros con los brazos atados a tu espalda, después con las piernas atadas, y por último, con los ojos vendados; nadar sin brazos, sin piernas o sin poder ver es algo frustrante, además de que la fatiga se duplica por no usar alguna de las extremidades.

Y por último, el intento de establecer una conversación con una persona que no puede escuchar, aprender y saber conectar las señas es algo que se ve complejo, pero no lo es, gesticular cada palabra que se dices, para mí, es una misión imposible, pero con la practica fue mejorando.

La sensación de impotencia nunca desapareció durante las prácticas, ver y vivir esa realidad paralímpica es IMPACTANTE, sentir la necesidad de buscar otros recursos para poder realizar cada cosa y no tenerlo es algo incómodo, incluso llegue a sentir ira por no poder hacerlo, pero al final, era un ejercicio que nos iba a ayudar a comprender mucho más la realidad deportiva de los deportistas paralímpicos.


Brandon López Gómez